martes, agosto 15, 2006

CRÓNICA DESDE EL CAMPAMENTO PERREDISTA FRENTE AL IFE LOCAL


Héctor Hernández Hernández


Son casi las 3 de la tarde, el sol pega duro, todos los compañeros se arremolinan en una lona de apenas dos metros por uno y medio. Apenas alcanza la sombra para todos los integrantes del campamento “Macuspana 04”, -a ver, júntense más para que puedan caber todos los compañeros - grita uno de ellos.

‘Macuspana 04' y ‘el Pejecito': los pequeños campamentos con grandes esperanza

- ¡Huevones! ¡Ya pónganse a trabajar! ¡Bola de bolsones! -

- Ni te fijes, hay gente que nos grita cosas más feas, aquí yo namás les pongo el letrero frente a ellos para ver si así se les pega algo de lo que pasa en el país, nuestro país

– decía una compañera que levantaba un letrero con la leyenda de apoyo al tabasqueño Andrés Manuel: “López Obrador Aguanta, El Pueblo Se Levanta”.

Ella es una de otras personas que forman parte del grupo que se han apostado afuera de las juntas distritales ejecutivas del IFE, en los llamados Campamentos de Resistencia por parte de simpatizantes del PRD y las redes ciudadanas.

- Aquí de mil carros que pasan, se detiene uno nadamás. La gente de aquí de Querétaro es muy cerrada, nadie se detiene a ver qué sucede. Es más, los carros que tienen estampas del PRD y de López Obrador ni se detienen, ni preguntan a ver qué pasa, qué sucede. Como que a nadie le interesa la situación tan crítica que está viviendo el país en estos momentos- manifiesta la compañera

Son casi las 3 de la tarde, el sol pega duro, todos los compañeros se arremolinan en una lona de apenas dos metros por uno y medio. Apenas alcanza la sombra para todos los integrantes del campamento “Macuspana 04”, -a ver, júntense más para que puedan caber todos los compañeros - grita uno de ellos.

Ahí estaba el compañero Miguel, hombre de 50 años, pelo cano y complexión delgada, se le veía cansado, pero no ansioso ni intranquilo “Ya casi acaba mi turno, llegué aquí como a eso de las 8 de la mañana, ahorita espero que den las 4 de la tarde para irme a mi casa, comer y después irme a chambear... la gente piensa que uno viene aquí nomás a hacer desmadre y que no tiene nada qué hacer, por eso nos tachan de ‘huevones' y esas cosas. Todos aquí tenemos nuestras responsabilidades, nuestros trabajos, pero también la gente debe entender que una de nuestras mayores responsabilidades es el país, nuestro futuro, la patria que le estamos dando a nuestros hijos, no se vale que se haga esto, todo este asunto del fraude.”

Al rato pasa un carro que es parte del movimiento de resistencia y deja una bolsa llena de refrescos de lata. Un compañero empieza a repartirlos a todos. Ya después de medio refresco ingerido, una señora exclama –oigan, estos refrescos son de la ‘coca' no debimos haberlos tomado, son parte de los que financiaron la campaña del Fecal...- todos asintieron con la cabeza, pero ninguno de ellos dejó de tomar el refresco. –Bueno, para la otra se acuerdan, ¿eh?, nada de bimbo, sabritas, ni coca.

Desde la otra acera, la guardia militar observa el campamento. La compañera María dice que ellos sí que se llevan una buena chinga , -Fíjate, nosotros siquiera nos rolamos los turnos, pero ellos no, ellos están todo el día y toda la noche. No hacen nada, más que estar parados allí. Se la han de pasar bien aburridos, aquí nosotros siquiera platicamos, nos reímos, cantamos... oye, de veras, deberíamos de cantar. Al instante saca de su bolsa unas copias fotostáticas donde viene impresa la letra de una canción, las pasa y ella misma empieza a entonar la melodía. Es “La Paloma” en versión de Eugenia León, la cual una de sus estrofas dice: Si a tu frontera llega una paloma/ cuida que no sea buitre lo que se asoma/ ¡cuanta falta nos hace Benito Juárez/ para desplumar aves neoliberales!. Todos aplauden y vitorean, la gente que pasa se les queda viendo aun con más rareza.

No muy lejos, está el otro campamento en la Junta Distrital Ejecutiva número 03, ‘El Campamento Pejecito' se hace llamar. Este campamento esta menos nutrido en integrantes que el ‘Macuspana 04' pero las ganas son las mismas, comenta una de sus integrantes. – el chiste es que haya gente aquí en los campamentos, que no se deje morir esto, porque si no lo hacemos nosotros, pues ¿quién? Además no tardan en llegar los demás.

El entorno de instante se llena de notas musicales de un melódico violín que uno de los compañeros llevó para amenizar el ambiente. Toca incesantemente un ‘chorale' que es una música que originalmente se tocaba en las iglesias luteranas. El entorno se tranquilizó, pero de repente hubo un sobresalto que apagó la música: un Tsuru color rojo había tirado uno de los anaqueles que contenía propaganda el cual tenía la imagen de Luis Carlos Ugalde bajo la consigna de ‘Se busca'. El chofer del Tsuru, además de tirar el mueble gritó una serie de improperios de las que sólo se distinguió el ‘culeros'. “Híjole, lo hizo con toda la alevosía y ventaja que puede existir” dijo uno de los compañeros que no le quedó de otra que levantar el anaquel.

Al rato llegó un representante de la coalición Por el Bien de Todos, se acercó para pedir el apoyo de un integrante del campamento para entrar a la junta distrital: el magistrado había ordenado abrir los paquetes electorales y era necesario contar con el apoyo de algunos observadores.

Rápidamente una señora se apuntó para seguir al representante, los demás se veían desconcertados. “Ya van a contar las boletas”, “van a revisar los paquetes”, “así para que todo sea derecho”, “sí, así, así debe de ser” eran frases que se oían dentro del grupo acampado, mientras tanto que todos veían a la compañera introducirse dentro del recinto del IFE, como si fuera a una misión a la cual requeriría de mucho valor. “Así sí va a ganar el Peje”, “pues esperemos que así, sea, porque si no, ya nos llevó la chingada ...” atinó a decir un integrante.

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